El hecho de ir a terapia de pareja es algo relativamente nuevo. Tiempos atrás las parejas o bien no se separaban o ante problemas de pareja intervenía el sacerdote, la familia, los amigos en vez de acudir a profesionales de la psicología con los debidos conocimientos y entrenamiento.
Es natural que suceda así porque la psicología evolutiva y la neurociencia han descifrado finalmente la magia del amor
El hecho de reconocer que la pareja matrimonio tiene problemas puede resultar difícil de aceptar para algún miembro de la pareja.
Parece ser que la tendencia de separarse se ha estancado y las parejas tienden a acudir a un profesional de la psicología y la psicoterapia para parejas antes de tomar medidas más drásticas.
Puede ocurrir que un miembro de la pareja matrimonio no quiera ir a terapia de pareja
El hecho de acudir a un psicólogo y a un profesional de la psicología no es un hecho todavía muy generalizado como lo pueda ser en los Estados Unidos, pero cada vez se va aceptando más.
En todo caso acudir al psicólogo para parejas por el motivo que sea no es algo de que avergonzarse, sino todo lo contrario.
Puede ocurrir que un miembro de la pareja quiera ir, tenga entusiasmo por ello y quiere que el otro no sólo vaya, sino que lo haga con entusiasmo.
Contarle los problemas íntimos a un profesional, ser vulnerables abrirse y contar intimidades es un reto para muchas personas y por tanto puede generar dudas en algunas de ellas.
Lo normal es que acudan ambos a la terapia de pareja. Eso es lo ideal. Juntos acuden a la primera entrevista, se consideran los motivos que cada uno plantea, se explican los objetivos terapéuticos, la duración de la terapia.
En definitiva, los dos miembros de la pareja se involucran en el trabajo terapéutico.
La persona que no quiere ir a terapia de pareja puede poner muchas excusas
Pero ocurre que muchas veces no es así. Una de los miembros no quiere ir a terapia de pareja y pone muchas excusas, dice que nadie fuera de pareja le puede ayudar, puede culpar al otro miembro de todo lo malo que ocurre en la pareja y es ese quien necesita ayuda, pero no él.
Hay dos escenarios posibles:
1.-Puede suceder que la persona que duda se deje convencer viendo los beneficios de la terapia de pareja o a través de algún libro, que el terapeuta de pareja ofrezca.
2.-Existe la posibilidad de que el miembro de la pareja que quiere ir a terapia de pareja se vea en la tesitura de tener que elegir entre seguir como está la situación de la pareja o tomar una decisión.
Es decir, se vea entre la espada y la pared. O acepta el estatus quo, es decir la situación actual, o bien se vea obligado a tomar una decisión.
Sucede muchas veces que muchas personas sólo cambian cuando ven la situación mal, no les queda más remedio.
Es decir, el costo de seguir en la misma situación y seguir como si nada sucediera, es peor. Genera resentimiento y daña a la familia.
En este caso la persona afectada se debe preguntar a sí mismo cuales son los costes para el mismo y su familia de seguir así y traicionarse a sí mismo.
En este caso el psicólogo, terapeuta de pareja puede ayudaros a aclararos que queréis hacer con vuestra relación.
Este proceso de decisión, no es fácil ya que hay personas que tienden en exceso a mantenerse firmes, a defenderse, y culpar a al otro miembro de todo.
En todo caso es aconsejable acudir a un terapeuta de pareja, aunque sea de forma individual.
Es posible cambiar y motivar a tu pareja, aunque vayas tu solo a terapia de pareja con un modelo relacional, unificado de terapia parejas.
En esta terapia a través del psicólogo especialista en relaciones de pareja te puede proporcionar una base segura para aprender una serie de herramientas y de habilidades y con ellas motivar a tu pareja. También puedes mejorar tu relación con tus hijos, amigos, compañeros de trabajo.
Si tienes problemas de pareja o simplemente te cuesta relacionarte con tus hijos, amigos y compañeros de trabajo, te animo a que consultes con mi asesoramiento y terapia para parejas, matrimonios
Es fundamental relacionarnos, no somos una isla.