QUÉ TIENE QUE VER EL TRAUMA DE MI INFANCIA CON EL ABUSO NARCISISTA

Mucha gente me pregunta si las experiencias adversas de la infancia y o traumas, tienen relación con el abuso narcisista y el sentir una cierta atracción hacia los narcisistas e incluso el mantenimiento del abuso narcisista.

La respuesta es si.

¿En qué consiste un trauma?

 

El trauma es la imposibilidad de hacer frente a una situación que es estresante a causa de unos sentimientos de impotencia, frustración, ira, etc.

Es la incapacidad de procesar unos sentimientos muy dolorosos y buscar una solución.

Estos sentimientos una vez internalizados tienen vida propia, forman parte del sistema nervioso y cerebro, afectan a nuestros pensamientos, sentimientos y a nuestra vida diaria causando estrés.

La parte del cerebro encargada de regular el estrés es nuestro cerebro derecho y fundamentalmente el cerebro emocional o límbico que controla y es el motor de numerosas funciones corporales.

Todos estos hechos traumáticos se quedan en nuestro sistema y pasan a un segundo plano por así decirlo.

Hay una sensación de peligro inminente, depresión, ansiedad, miedo impotencia, desesperanza, la presión arterial y el pulso se disparan etc.

Es decir, un estrés sin resolver se convierte en trauma.

Uno de los errores más comunes es tratar de resolver estos traumas de regularlos, de manejarlos  mediante la parte izquierda de nuestro cerebro es decir la parte racional o cerebro cognitivo.

Usar la parte cognitiva del cerebro para sanar y aclarar los traumas del cerebro emocional es un grave error que puede agravar la situación.

 

El significado del trauma, lo que hace

 

Si hemos sufrido un trauma, esto no sólo afecta e impacta a nuestro cerebro, sistema nervioso, y cuerpo, sino que también afecta a nuestra identidad, nuestra autoestima y nuestro sistema de creencias.

Estos hechos traumáticos se convierten en nuestra realidad, y se crea una profecía que tiende a auto cumplirse.

Es una especie de maldición de la que es difícil escapar, se crea lo que se llama la indefensión aprendida, impotencia, desesperanza.

Este es el caso de cuando quedamos atrapados en una relación narcisista. Aunque sepamos lo maligno de esta situación, es difícil escapar porque sentimos impotencia, nos fijamos más en el problema que en a la solución.

Es lo que hace el trauma, si no tenemos a alguien que nos apoye, nos escuche, caemos en la indefensión, en la desesperanza.

Quedamos atrapados en la desesperanza, nos sentimos culpables, defectuosos, atrapados en esa cárcel, o en todo caso tratando de arreglar cosas, que no tienen arreglo.

Tenemos que entender que este proceso de indefensión, de sentirnos traumatizados, culpables defectuosos, empezó en la infancia al tener unos padres que ni sabían ni podían hacer de padres generosos, comprensivos, etc.

Cómo se producen los traumas en la infancia

 

No se trata de juzgar a nuestros padres por ellos fueron el producto de unos padres a su vez traumatizados y nadie les enseñó a hacerlo mejor

Los niños pequeños dependen en absoluto de unos padres o cuidadores para su alimentación, cuidado apoyo moral comprensión, guía

Si estas necesidades de cariño, amor, guía etc. no se satisfacen de forma satisfactoria, los centros cerebrales correspondientes no se desarrollan de manera normal, sobre todo el cerebro emocional.

Sino de manera inadecuada: la identidad, la autoestima, la imagen corporal, las creencias y nuestra posición en el mundo y nuestra relación con los demás.

La presencia de un padre o cuidador adecuado que proporcione cariño, amor de forma estable y continuada  es fundamental para el desarrollo adecuado de los centros cerebrales del cerebro emocional para que le niño tenga una sensación a de amor, seguridad.

Aunque muchas personas dicen que no han percibido su infancia con carencias afectivas, lo cierno que en realidad no es así porque muchos padres o bien estaban muy ocupados en su día a día o bien no tenían ni las habilidades ni los recursos necesarios para dar un amor incondicional a sus hijos.

 

La disociación en la infancia contribuye al trauma

 

Si no hemos podido tener o completar nuestra identidad, nuestra forma de ser, nuestra imagen de nosotros mismos (esto depende de un desarrollo sano armónico de nuestros cerebro emocional y sistema nervioso) debido al trauma entonces podemos sufrir un trauma después de otro.

Si hubo problemas en nuestra infancia, un apego traumático  nuestros padres, cuidadores, no nos ayudaron a integrar todos esos problemas que quedaron a merced de un niño incapaz de resolver todos esos sentimientos por si mismo.

El niño se siente inmerso en sentimientos dolorosos, y tiende a culparse a si mismo, a sentirse víctima, y a tener sentimientos de culpa, de vergüenza etc.

Así aprendemos que está mal en tener emociones y nos apartamos de y alejamos corporalmente y emocionalmente de estas emociones y en esto consiste la disociación, separarse de.

De esta manera, nos alejamos todo lo pasible de estas emociones dolorosas, mediante las fantasías, y conductas adictivas.

Al ir creciendo nos vamos alejando más de nosotros mismos porque aprendemos que ser nosotros mismos es doloroso y entonces recurrimos a nuestro cerebro izquierdo la parte lógica: el cerebro cognitivo.

Este cerebro, esta mente cognitiva no es ni nuestro maestro ni nuestro sanador.

El cerebro izquierdo sigue al cuerpo, la parte emocional que está cargada de falsas y dolorosas creencias, y se convierte en el director del trauma.

Las profecías de la infancia se recrean y es como una maldición una auto profecía que se cumple.

Entonces al crecer sentimos que no hay nadie que nos comprenda esto solo ante este problema, por tanto, nos juntamos con personas que nos confirmen que no están para nosotros que nos abandonan, nos traicionan, nos ningunean, etc.

Qué es el estrés postraumático complejo. Las experiencias adversas de la infancia afectan a nuestra salud física y mental.

 

Somos presa de una programación en nuestra mente inconsciente, en nuestro cerebro emocional: nadie me quiere, la gente que me quiere me abandona y con nuestra mente racional la parte izquierda de nuestro cerebro busca personas que nos confirmen esto: una profecía auto cumplida.

Por tanto, llegamos un momento que solo sentimos los efectos del trauma, se perdió la conexión con el origen del tema. Esta es la disociación.

Todo este cuadro da lugar al llamado estrés pos traumático complejo.

Es decir, las experiencias adversas de la infancia afectan a nuestra salud y a las relaciones personales, afectivas y de pareja.

Hemos perdido la orientación la brújula no sabemos quienes somos en realidad y que nos ha pasado.

Esto nos deja en manos de individuos altamente manipuladores, explotadores, enfermos que se ofrecen para ser nuestros salvadores pero que, en realidad, van aminar nuestros recursos de todo tipo.

Cómo solucionar el trauma de la infancia y el trauma que no cesa de la vida adulta

 

La solución está en desmantelar todos los traumas que residen en el cerebro derecho, en el cerebro emocional y que están en el inconsciente.

Por tanto, no se trata de aprender a manejar todo esto con terapias cognitivas, aprender más sobre en el narcisismo.

La solución está en mirar hacia dentro sanar los traumas mediante métodos somáticos, relación mente cuerpo y  que tienen que ver con la visualización.

Se trata de conectar con tu cerebro emocional, a nivel inconsciente.

Es a través del cuerpo, la memoria une todas las partes del cuerpo y la visualización donde está la solución de estos traumas

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